Entre la expectativa y la esperanza. Así recibe el mundo al nuevo Presidente de EEUU, Barack Obama. No cabe dudas que el primer afroamericano en alcanzar el poder en EEUU ha labrado con sus palabras y con su imagen un rostro más humano a la canalla política estadounidense. El mito color café comenzará desde hoy a mostrarnos si la esperanza de cambio que prometió durante su campaña presidencial —no sólo a los estadounidenses, sino al planeta entero— está edificada a base de metal o de papel. Quien diga que no abriga optimismo con el nuevo gobernante simplemente miente.
Obama ha regalado a Estados Unidos y al resto del mundo una nueva oportunidad de volver a creer que es posible el desarrollo económico sin menoscabar la dignidad humana, a pesar del caos económico que pisa los sueños del planeta. Sólo el tiempo dirá si Barack Obama defraudará tan altas expectativas. Claro, se le podrá perdonar si falla; pero lo que no se podría tolerar es que no trabaje en pos de los objetivos que se trazó. El ocaso pisa los talones del país del norte, y Obama lo sabe muy bien.
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