miércoles, febrero 17

!Adiós al memorando¡, llegó la era de los adobes

Estoy decidido. Esta semana me trasladaré hasta Patacamaya para redimir mis pecados ante la justicia comunitaria, acogiéndome así a su fórmula más contemporánea: la “Félix Patzi”. Sí, elaboraré adobes hasta que me salgan callos para obtener de esta forma el perdón por mis faltas y caminar luego por las calles con la frente en alto.
Pienso reflexionar mientras mis manos se hundan en las entrañas de la Pachamama. Elaborar un manual que, de seguro, será de utilidad universal. Y, claro, también un respiro para mis atribulados bolsillos. Se llamará “¿Cuántos adobes debe usted, estimado servidor público, elaborar para ser perdonado por su falta, volverse de acusado a famosa víctima y recuperar aquello que la justicia occidental le quitó?”.
Tomaré como base el precedente Patzi. Después de todo, él logró el perdón de su comunidad con tan sólo 1.000 adobes. El resto será puro cálculo matemático y requerirá —claro está— de un poco de sentido común.
¡Adiós a los memorandos, estimado empleado del Estado! Se chachó un día de su trabajo, no hay problema. Deberá ensuciar sus manos mezclando barro y paja en la provincia Aroma para elaborar 100 adobes. Y si llegó un par de horas tarde a su fuente de trabajo, tan sólo 50.
Sus ennegrecidas manos y paspados cachetes deberán ser suficientes para reclamar el perdón definitivo. Y si eso no es suficiente, podrá optar a pedir la indulgencia de su jefe a través de las pantallas de televisión.
Y si no conoce nada sobre la construcción de adobes, allí estará el maestro Patzi, que en menos de dos días —y sin siquiera despeinarse— hizo mil.
Claro, en el caso de que se le descubra haciendo un uso doloso de los recursos del país, entonces el castigo será calculado con el valor en el mercado de las milenarias piezas de construcción. Pobre Santos Ramírez, pienso. Deberá estar días y noches dando vida a millones de simétricos adobes. Pero luego —me digo— podría salir de la cárcel y recuperar la presidencia de YPFB.
Mi revolucionaria fórmula traerá beneficios a los sectores sociales. Miles de millones de adobes de seguro impulsarán el skyline de Patacamaya.


Javier Badani
Publicado en la Columna Sindical de La Razón

3 comentarios:

Anónimo dijo...

la verdad que muy interesante lo que comentas aqui .

he pensao sobre esto y ya estoy haciendo adobes por adelantao no se , cuando tenga unos 10000 mas o menos calculare cuanto o que puedo hacer. en esta epoca hay que tener unos ahorritos por si acaso ....

El Ciudadano dijo...

Y pensar que los adobes son poco resistentes. Un temblor como el de Haití y todo se derrumbaría.

Habrá que exigir que en vez de adobes se hagan ladrillos o vigas de acero inoxidable.

Zymar dijo...

Mas adobes, menos votantes