lunes, marzo 29

"Hoy el cine está hecho por ejecutivos, no por gente de cine"

Entrevista a Juan José Campanella, ganador del Oscar por El secreto de sus ojos, publicada en La Razón

JAVIER BADANI
- A casi un mes de haber recibido un Oscar por El secreto de sus ojos, ¿qué reflexiones hace en torno al premio?
- El premio es, como cualquier premio importante, un verdadero honor. No es nada menor, pero tampoco es más que eso. En lo efectivo, en el día a día, en realidad no cambia nada, a no ser por el hecho de que en estos días hay mucha efusividad y mucha alegría y, por lo tanto, mucha atención hacia mi persona, cosa a la que no estoy muy acostumbrado. Pero los procesos son los mismos de antes. El premio no viene con un cheque, hay que seguir trabajando y remando igual que siempre.
- La prensa argentina señaló que su premio fue recibido en su país como si se hubiera ganado el mundial de fútbol...
- Fue una alegría muy grande en mi país, incluso más de lo que se esperaba, pero no fue para tanto. Yo recuerdo cuando Argentina ganó un mundial. Cientos de miles salieron a las calles entonces. Y éste no fue el caso (risas).
- ¿Recuerda qué sintió en el momento en el que el nombre de su película se nombró como ganadora de la categoría a Mejor película extranjera?
- Sentí una especie de aturdimiento. En realidad yo sólo escuché El secreto..., no el resto del nombre de la película. Recuerdo a la gente que estaba a mi lado gritando. Yo me abracé a mi mujer y traté de controlar el chorro de adrenalina. En ese momento uno tiene ganas de saltar y de gritar como cuando se festeja un gol, pero hay que estar controlado y no pensar.
- La crítica dice que su éxito se debió a su capacidad de unir en su película los códigos del cine de Hollywood con los del cine latinoamericano. ¿Coincide?
- Puede ser. Yo me fui a EEUU cuando era adolescente, en los años 60. Y esa fue la mejor época del cine norteamericano, de la cual me nutrí y con la cual crecí. Me crié con esos códigos. Pero lo interesante es que todas las grandes ciudades ahora son muy homogéneas en su estilo de vida, las diferencias no son tan marcadas. En ese sentido, no es que uno puede decir “en mi película pondré esto de americano y esto de latinoamericano”. No funciona así.
- Este año, la categoría a Mejor película extranjera contó con películas de muy variado estilo y calidad. ¿Qué cree usted que determinó que la balanza se inclinará al final a su favor?
- La verdad es que no tengo idea. Los votantes (para elegir los premios Oscar) son entre 500 y 600. Yo creo, en realidad, que El secreto de sus ojos fue la película que más se conectó con ellos.
- Se destacó, también, que en esta categoría se presentaron las películas de mejor calidad de toda la competencia. ¿Qué pasa con el cine de Hollywood?
- Lo que ocurre es que el cine de Hollywood es cada vez más caro. Los costos suben, hacer una película de Hollywood y lanzarla al mercado de Hollywood es cada vez más costoso. Y los que deciden qué películas se deben producir se juegan ahora por lo seguro. Esto, claro, hasta que se dan cuenta de que un tipo, por su cuenta, hizo una película que tiene éxito, porque es totalmente distinta a lo que se hace, y entonces todos empiezan a copiar esa misma idea.
Así es el cine, se hace mayormente por ejecutivos y no por la gente de cine. La industria de Hollywood abraza el concepto de que el cine debe ser un negocio con mucho margen de retorno.
- ¿Siente que se brinda más importancia al show que a presentar una buena historia?
- Sí. Los avances en la búsqueda del espectáculo son una constante en el cine. Se le puso el sonido, luego del sonido se buscó el color y después la pantalla ancha. Y ahora está de moda el 3D. Siempre se trata de sumar motivos a la experiencia de ir al cine y a eso yo le doy la bienvenida. Si con la búsqueda del espectáculo se logra que la gente vaya al cine, en vez de quedarse en casa mirando películas por televisión o desde su computadora, yo le doy la bienvenida. El problema es que esto va en desmedro del guión.
- Usted lleva muchos años trabajando para la televisión de EEUU, con series exitosas como Dr. House. En qué ámbito se siente más cómodo, ¿en el del cine o en el televisivo?
- Los dos lados tienen sus pros y sus contras. Si yo tuviera que elegir uno y si pudiera escoger hacer las películas que yo quiero y cuando quiero, elegiría eso. Lo que pasa es que la vida está afectada, lamentablemente, por la realidad (risas). Esa posibilidad no se dará nunca, así que de algo hay que vivir. Y así como muchos directores se dedican a hacer publicidades, yo prefiero hacer televisión narrativa, cuentos visuales.
- ¿Cree que la ficción en televisión ha llegado a superar los trabajos realizados en el cine?
- Desde el punto de vista del guión, en la televisión lo impredecible se toma como ventaja. Sin embargo, en el cine predomina lo predecible. En ese sentido, yo creo que la televisión norteamericana está pasando ahora por un momento de oro, pero el cine no.
- Ese momento de oro es impulsado también por los reality show. ¿Usted se animaría a dirigir uno?
- Junto a mi productora hacemos hace cuatro años en Argentina una especie de reality con gente del interior del país. Su contenido no tiene nada que ver, por ejemplo, con el programa Gran Hermano. Lanzamos desafíos a chicos de secundaria para que realicen, por ejemplo, una radio para su pueblo. Nosotros retratamos ese proceso. En ese sentido, este reality tiene más que ver con lo documental que con lograr conflictos armados de laboratorio. Prefiero el género documental.
- El cine latinoamericano seduce en el extranjero, pero esto no se refleja en la taquilla de los países de la región. ¿Por qué se da esto?
- No es que el cine latinoamericano tenga éxito, es sólo que se habla más de las producciones en festivales. El problema es que afuera se armó un circuito de distribución de cine alternativo que no se replica en nuestros países. Si una película latinoamericana se estrena en Francia y hace 10.000 espectadores se habla de éxito. Pero, si logra esa misma cantidad de espectadores en su país, se habla de un fracaso. Creo que el cine latinoamericano está teniendo entrada en el circuito de cine arte —como se le dice y con cuya calificación no estoy de acuerdo—, pero no está teniendo un éxito masivo. No nos engañemos.
- Sobre este tema, ¿tiene sentido para usted la discusión sobre los límites entre el cine arte y el cine comercial?
- No tiene sentido como discusión. Las películas son lo que son y cada una debe tratarse de manera independiente. No conozco a nadie que vaya al cine y que diga “esto me gusta porque es arte y este otro no porque es sólo de entretenimiento”. Así no funciona la relación de un espectador con la obra. La relación es simple: me gusta o no.
- El secreto de sus ojos se ambienta en la Argentina de los años 70. ¿Cómo se conectan las nuevas generaciones con una realidad que no vivieron?
- La película habla de los años anteriores a la dictadura. En Argentina se habló mucho de la dictadura y más o menos la gente lo tiene claro. Pero de los años anteriores a las dictaduras están los que no saben nada, los que saben poco y los que están muy confundidos. Yo me encuentro entre estos últimos y trato de que se aclare un poco más aquella época.
Mi intención con El secreto de sus ojos no era la de analizar esa época sino la de despertar un interés en ella. Me parece una época de mucha conmoción y una época a la que espero no volver.
- ¿Tocará el tema de la dictadura en un trabajo futuro?
- Me encantaría. Es uno de mis sueños hacer una gran miniserie sobre los años 70. Me gustaría. Pero, lamentablemente, en Argentina todavía están abiertas las heridas. La gente que fue afectada de uno y otro lado todavía no está dispuesta a realizar una revisión de esos años. Me encantaría abordar el tema, pero creo que todavía no es el momento.
- Filmó El secreto de sus ojos en formato digital. ¿Desaparecerá el clásico 35 mm?
- Sí, tiene los días contados.

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