martes, abril 5

DENNIS, EL ZUCKERBERG BOLIVIANO

Dennis Romero Daza tiene 26 años, sin embargo hace meses que ha adoptado la vida de un sexagenario ermitaño. Renunció a las salidas nocturnas, a las visitas sociales y sólo abandona su departamento en la avenida Villarroel (Cochabamba) en casos de extraordinaria necesidad. Algunos de sus amigos se han declarado alarmados ante este hecho. Pero Romero, por el momento, no muestra ni la más mínima intención de abandonar esta asceta forma de vida. Es más, al teléfono se le escucha animado y excitado. Sabe que allí, encerrado en su habitación —rodeado de decenas de bocetos y conectado a internet de 8.00 de la mañana a 3.00 de la madrugada—, está terminando de levantar los andamios de su más ambicioso proyecto de vida: Goghu, una plataforma de internet que —asegura arrebatado— “revolucionará la red desde Bolivia”. El concepto de Goghu se pude explicar de forma sencilla. Imagine exprimir lo mejor de las redes sociales como Facebook, Hi5, Sonico, Twitter, Badoo y Linkedin y, luego, concentrar su esencia en un solo espacio. Eso es Goghu, que está conformado por dos plataformas: una centrada en el ámbito comercial y, la otra, consistente en una red social semejante a Facebook.
La red social diseñada por este chuquisaqueño busca ofrecer ventajas que no se encuentran actualmente en los servicios de los gigantes que dominan el mercado en la red. Por ejemplo, el usuario de Goghu podrá almacenar archivos de gran peso en su cuenta gratuita; no sólo fotografías y videos, sino presentaciones en PDF o Power Point, entre otros.
Estos archivos podrán ser compartidos con otros miembros de Goghu.com. Además de contar con el tradicional chat, los internautas podrán comunicarse a través de la voz con el sistema Voip. “En redes sociales como Facebook uno se puede inscribir de forma gratuita, pero el único beneficio que recibe es la posibilidad del uso del sistema. En cambio, nosotros ofreceremos beneficios extras al usuario, como el de tener la posibilidad de sumar créditos on line para el intercambio de aplicaciones por el sólo hecho de recibir ofertas y promociones de las empresas de nuestros medios”, explica.

 
Talento boliviano
Egresado de la carrera de Ingeniería Comercial, Romero no duda un instante al confesar que se arrepiente el no haber optado por estudiar sistemas. A pesar de ello, su pasión por todo lo referido a internet le impulsó a desarrollar el diseño y las herramientas de Goghu. Hace un año que este ingeniero se vale de programas caseros como Excel y Power Point para realizar esbozos de las ideas que pueblan su mente. Posteriormente, estos diseños y aplicaciones son plasmadas por el equipo de programadores y diseñadores que es liderado por Víctor Montesinos.
“Lo más importante es que un equipo de profesionales bolivianos está creando y desarrollando los programas, no estamos comprando plantillas preestablecidas de los sistemas, como ocurre con muchas empresas nacionales. Es algo destacable el hecho de que estamos generando ideas nuevas. Nos está costando mucho, no hay duda de ello. Es un trabajo que nos llega a tomar hasta 12 horas diarias, pero ya es tiempo de que Bolivia aporte a ese gigante que es internet con temas innovadores de comercio e informática”, dice Romero.
Romero detesta las comparaciones, pero es inevitable relacionar su trabajo con el realizado por el estadounidense Mark Zuckerberg, creador de la red social por excelencia: Facebook. Después de todo, comparten la edad, la pasión por la informática y la obsesión por revolucionar internet a través de una red social que sea amigable y entretenido para los internautas. El chuquisaqueño, sin embargo, sólo atina a sonreír ante la comparación. “Conozco bastante la historia de Zuckerberg. Es un tipo muy introvertido, pero yo soy todo lo contrario; soy extrovertido.
Por eso me pregunto que dirán mis amigos de Sucre que no saben qué es lo que estoy haciendo metido en mi casa y sin salir ni a la esquina. De seguro será una total sorpresa para ellos cuando vean en lo que ando... En realidad, como Zuckerberg, tengo un sueño muy ambicioso. Y creo que con el equipo que tengo, será una realidad”.
Con todo, el sueño de Romero ha requerido de una fuerte inversión, aunque el profesional chuquisaqueño prefiere no mencionar montos específicos. “Ha sido difícil y costoso, pero debo decir que el diseño de Goghu, por ejemplo, ha quedado mejor que el de Facebook. Hay que arriesgarse. Lamentablemente en Bolivia no hay una cultura de inversión.
Nuestros sistemas de educación universitaria sólo nos enseñan a ser empleados. Uno sale de la universidad directo a buscar trabajo”.
Sólo el tiempo dirá si la apuesta de Romero será exitosa o no. Mientras tanto, este joven de 26 años permanece cual ermitaño desarrollando su anhelo: Goghu.
* Texto, J.B. Fotos, Fernando Cartagena. La nota completa, en Escape

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