martes, mayo 24

Y EL FIN DEL MUNDO NO LLEGÓ

Sentado frente a mi ventana. Así esperé este sábado la llegada del fin del mundo. Armado con los vinoculares de juguete de mi hija, aguardé con el rostro casi pegado al vidrio el momento en que los "buenos cristianos" de mi zona serían "arrebatados" por Dios,  hacia el cielo (en el fondo esperaba que mi vecina no estuviera en ese inmaculado ejército de elegidos).
Por días me había preparado para enfrentar la furia divina anunciada por el pastor fundamentalista Harold Camping, que profetizó que el 21 de mayo sería el día del Juicio Final. Terminé en un bar, esperando que la mano justiciera de Dios me agarrara bien chumadito (es que tengo taaaaanto que reclamarle, que mejor era estar borracho). Pero llegó el amanecer del 22 y, tras el ch'aki, descubrí que no había pasado nada: ni terremotos ni el fuego eterno habían consumido mi pecaminosa existencia. Debo decir que me decepcionó no haber podido presenciar el anunciado acabose de este planeta... Se imaginan semejante espectáculo? Más amargados, sin embargo, deben estár los Hmong, un grupo étnico de Vietnam que tras oír el mensaje de Camping -por su emisión global de Radio Family- se fueron a esconder a los bosques esperando el fin del mundo. Me pregunto si les habrán avisado que nada pasó.
Camping anda como loco tratando de explicar el por qué del fallo de su profecía. Muy suelto de cuerpo, ahora dice que Dios reprogramó (por logistica?) el fin del mundo para octubre. Es decir que el muy pendejo de Camping tiene cinco meses para derrochar el dinero que logró recaudar gracias a los buenos samaritanos que, creyendo en sus apocalípticas palabras, terminaron vendiendo todas sus pertenencias para transmitir el mensaje de su pastor. Pese a no haber sido "arrebatado" por Dios, como creyó que lo sería, Camping ya anunció que no devolverá los varios millones que recibió en donaciones. Aseguró que fueron gastados en avisos del Día del Juicio alrededor del mundo.

"¿Si éste no es el fin, por qué devolverlo? Si se acaba el mundo, Dios lo disolverá", comentó. Y, bueno, como cualquiera puede profetizar, yo profetizaré también: "Camping, terminarás a mi lado, poblando el Infierno... haber si entonces me pasas algunos billetitos para salvarnos juntos del seguro hacinamiento que nos espera vivir".

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