lunes, julio 13

UN INVENTO BOLIVIANO LLEGA A LA FILARMÓNICA DE BERLÍN

Una fábrica de ideas. Así se puede definir a Gerardo Yáñez. Compositor de unas 300 piezas e inventor de al menos una veintena de instrumentos musicales, este paceño de 55 años marcará el 14 de enero del 2010 un nuevo hito en la historia de la música boliviana. Ese día su talento se lucirá en uno de los escenarios más importantes de Europa: la Filarmónica de Berlín.
Yáñez será el primer artista del país en llegar a este teatro alemán con composiciones propias y con el aporte melódico de la viola profonda, instrumento que este boliviano diseñó y construyó para complementar los cuartetos de cuerda de las orquestas sinfónicas.
“La viola profonda es el instrumento más universal que he creado hasta el momento. Complementa y revoluciona la composición melódica dentro de las orquestas sinfónicas. Ya ha sido probado por solistas europeos y aprobado por los entendidos en la materia”, asegura el impulsor del Grupo Chacaltaya, ensamble que desde Europa propone hace décadas un diálogo entre la música universal y la andina.
Yáñez explica que la actual estructura de los ensambles sinfónicos, —violín 1, violín 2 y chelo— está incompleta. “Los violines son sopranos, la viola es contraalto y el chelo es bajo. Entonces faltaba en esta estructura el instrumento tenor. Es allí donde entra la viola profunda, un instrumento que se buscó desde 1650”, asegura el artista.
Amante de la música en todos sus géneros —su veta creadora ha tocado lo autóctono, lo mestizo (morenadas), lo contemporáneo, lo sinfónico y lo coral—, este compositor nacional ya ha probado anteriormente la valía de sus innovaciones musicales. Yáñez ha venido cromatizando desde los años 80 los instrumentos del país, con el objetivo de introducirlos a la sonoridad universal. Esto significa ampliar su gama de tonalidades; de los cinco a siete característicos, hasta los 12 tonos.
Ácido crítico del manejo de las instituciones de educación artística de Bolivia, Yáñez se considera un “exiliado cultural”. “Vivo y trabajo en Alemania, porque mi país no me ofrece apoyo para desarrollar y compartir mi talento”, se queja, mientras sueña con un nuevo instrumento: el piano natura.

TEXTO: JAVIER BADANI, PUBLICADO EN LA REVISTA TENDENCIAS

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