UNA ESCUELA PARA DERRIBAR TABÚS
Javier Badani Ruiz
Publicado en la Revista Escape
Primera lección. Mientras los médicos occidentales usaban técnicas prehistóricas para realizar cirugías —como desmayar al paciente con golpes en la cabeza—, ya siglos antes los aborígenes del Perú y Bolivia, conocedores de las propiedades farmacológicas de la coca, utilizaban el jugo de la hoja para obtener la insensibilidad al dolor´. Los ojos de Mark Shelton repasan con curiosidad cada frase del cuadernillo en inglés que recibió al ingresar al Museo de la Coca. Como Mark, decenas de turistas se encaminan diariamente a la calle Linares Nº 906 para conocer la historia de la hoja sagrada. ´Yo creía que la cocaína salía al mascar la coca´, confiesa Donna, una belga que a sus 47 años descubrió que la droga ilícita se obtiene tras un largo proceso químico.
El vino de los papas
Segunda lección. ´La coca era considerada un artículo de lujo para los incas. Sin embargo, su consumo se extendió en la Colonia por los conquistadores españoles, quienes así aumentaron las horas de trabajo de los indios. A través del acullico (masticar la hoja), combinado con alcaloides (cal viva o ceniza), sobreexplotaron a los originarios´. Datos como éste se muestran al visitante en los paneles informativos que se hallan en el Museo de la Coca, que el mes pasado celebró 10 años de funcionamiento. La historia de la coca, su uso en el mundo ritual indígena y en la investigación médica; los efectos de la cocaína en el cuerpo y las terapias para combatir la adicción, son algunos de los temas desarrollados en este espacio que fue impulsado por Jorge Hurtado y Sdenka Silva. ´Nuestra meta es educar sobre la diferencia entre la coca y la cocaína´, dice Silva, mientras muestra los cuadernillos en inglés, francés, alemán, holandés, italiano y hebreo, donde se halla traducida toda la información de los paneles. ´La mayoría de nuestros visitantes son extranjeros, pero también llegan los estudiantes de colegio´, manifiesta Silva, quien, sin embargo, asegura que la visita más curiosa que recibió el museo fue la de los miembros de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn). ´¿\'Por qué tienen un museo dedicado a la coca?\', nos preguntaron. Pero cuando les explicamos nuestro objetivo, se inte- resaron tanto que decidieron donar objetos´. Así, la sala que muestra la réplica de una fábrica de cocaína lleva el sello de la Felcn. Lo que de seguro puso los pelos de punta a los uniformados fue el enterarse, en los paneles, que hace más de un siglo la cocaína era considerada una panacea y era vendida, mezclada con otros productos, en elixires, tónicos y ungüentos. Uno de ellos fue el vino francés Mariani que, elaborado de hojas de coca macerada, causó en 1863 un revuelo en Europa. Tanto que el papa León XII le otorgó una medalla de oro a sus ´atributos´. Fue disfrutado, además, por la reina Victoria, Julio Verne y Alejandro Dumas. El éxito de este vino sedujo en Estados Unidos a John Pemberton, quien utilizó la hoja andina en la elaboración de la primera fórmula de la reconocida Coca-Cola.
Sacudida a los esquemas
Lección final. ´La coca no es cocaína. Para los milenarios pueblos indígenas es una planta sagrada, de gran valor alimenticio y curativo´. Tras el recorrido por el museo, la española Estefanía Sánchez ha perdido el temor a la hoja de coca. ´Al comienzo tenía un poco de miedo de entrar. En mi país la coca es mala´, señaló, minutos después de apuntarse en la recepción del museo para aprender a acullicar esta hoja andina que, en 1860 y gracias a sus propiedades anestésicas, ayudó a los cirujanos a archivar para siempre sus viejos métodos.
Hola Javier soy una amiga de Guillermo vargas Habacuc ayer lei su articulo donde se menciona sobre el trabajo quería compartirle un en enlace a un blog que documenta su ultima presentación en italia: http://artehabacuc.blogspot.com/2009_09_01_archive.html
ResponderEliminarsaludos
cristina