lunes, diciembre 20

San Ignacio de Moxos, el rostro indígena del Beni


Un ignaciano, en la laguna Isireri

A las 7.00, las ‘mamitas’ toman por asalto la iglesia de San Ignacio de Moxos. Lo hacen armadas de rústicas escobas hechas de motacú y ataviadas con su tradicional tipoy (vestido) blanco. Tal y como lo hicieran sus antepasados desde la Colonia, la veintena de ancianas mojeñas le dedica unas horas a la limpieza del lugar.
Las llaman las awaresas, servidoras del templo de Dios, y son una de las expresiones que las culturas originarias mantienen vivas en esta tierra beniana.
Francisca Moitamo, al igual que el resto de las ‘mamitas’, anda descalza. “Nunca me acostumbré a las chinelas”, dice esta mujer, que asegura no conocer su edad exacta.
Sólo recuerdos tristes salen de sus labios. Narra, por ejemplo, que “antes (siglo XIX) las ‘mamas’ escondían a sus hijos en las guaridas de las fieras para que los kara yana (blancoides) no se los roben, para llevarlos al norte a explotar la goma”.
Una bandera flamea en un barco, en el Mamoré
Según las crónicas de la época, hubo un momento durante el auge de la explotación de la goma en que ver un hombre originario por las calles de Moxos era casi imposible, debido a que todos los varones eran llevados a la fuerza hacia las plantaciones de siringa. La mayoría no regresó.

Dentro una vivienda en Bermeo

Desde la Colonia, pueblos indígenas enteros fueron exterminados, según explica el sociólogo beniano Ismael Guzmán. A pesar de ello, actualmente más del 80 por ciento de la población de San Ignacio de Moxos es indígena. Chimanes, yuracarés, movimas, trinitarios e ignacianos conforman el tejido social de la llamada Capital Folklórica del Beni y, también, Capital Espiritual de las Misiones Jesuíticas del Cono Sur.
A la espera que se seque el camino Trinidad-San Ignacio
Este año, Bolivia postuló ante la Unesco la fiesta de Moxos (Ihcapekene Piesta Inasianuana) para que opte a ser declarada Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad.
Rodeado de un plato de masaco (queso con plátano frito machacado), pan moxeño y una espesa taza de chocolate silvestre, Sixto Vejarano Congo es optimista ante dicha postulación.

Atardecer en la laguna Isireri
“En todo el oriente boliviano no hay tanta presencia e impulso a las manifestaciones culturales originarias como aquí”, asegura. Y él es una muestra de ello. Vejarano hizo historia el 2005 al convertirse en el primer indígena en Beni en conquistar una Alcaldía: la de San Ignacio de Moxos.
Carlitos, alimentado en Bermeo

Todo un logro, teniendo en cuenta la hegemonía bipartidista ejercida por el MNR y ADN. Este año, Vejarano logró un nuevo hito al ser elegido Subgobernador del departamento, a través del voto popular. “Antes teníamos miedo de alzar la voz, de contradecir a los hacendados patrones. Pero ahora, como mayoría estamos comenzando a autogobernarnos”, señala el mojeño. La autoridad recuerda que el actual Alcalde del municipio, el corregidor y el primer representante del Beni en la Asamblea Legislativa Plurinacional también son indígenas.
Texto y fotos: J.B. Fragmento del reportaje publicado en Escape


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