lunes, septiembre 26

¡NO ASÍ!

No hubo necesidad de palabras, la expresión de su rostro lo decía todo: "La cagamos, muchachos; la cagamos", parecía querer gritar la gruesa piel de Sacha Llorenti durante la breve conferencia de prensa que brindó esta mañana en Palacio. Sus labios temblaban, pero siguieron nomás con las líneas del guión gubernamental. El Presidente le había dado una misión imposible: justificar lo injustificable, defender la brutal intervención a la marcha de los indígenas del TIPNIS. Pero de antemano él sabía que nadie le iba a creer: las imágenes y los testimonios eran contundentes, ambos desgarradores hasta para el más duro.

A pesar de ello, Sacha se enfrentó a la hambrienta prensa, solo; envuelto en la soledad que causa el embrutecimiento del poder. Ahora no habían comandantes policiales ni otros funcionarios de Gobierno respaldando sus palabras, palabras que ni siquiera tuvieron el valor de asumir responsabilidades.., será que el infierno siempre está en los demás.
 
Pero sí, Sacha, no hay nada que hacer; la cagamos. 
Lo entendió así la ahora ex ministra de Defensa, Cecilia Chacón, quien de forma valiente renunció en protesta por la decisión asumida por el círculo más cercano al Presidente. De seguro ahora ella engrosará la larga lista de "traidores" del proceso de cambio.
"Asumo esta decisión porque no comparto la medida de intervención de la marcha que ha asumido el gobierno y no puedo defender o justificar la misma, en tanto existan otras alternativas en el marco del diálogo, respeto a los derechos Humanos, no violencia y defensa de la Madre Tierra. Las medidas asumidas, lejos de aislar a la derecha fortalecen su manipulación dentro de la octava marcha con el fin de atacar el proceso de cambio que tanto ha costado a los bolivianos".
"¡No así! Acordamos con el pueblo hacer las cosas de otra manera".

La carta de renuncia de Chacón es más que reveladora. Nos dice, por ejemplo, que la decisión final de intervenir la marcha de los indígenas no fue asumida, consultada y peor informada al pleno del Gabinete de Evo Morales.
Lo cierto es que de tanto mentar a los fantasmas del gonismo y de la derecha, parece que sus métodos y violencia han terminado de incrustarse en la médula del Gobierno.
Definitivamente, desde hoy nada será igual para los bolivianos, la estupidez de nuestros líderes ha abierto una brecha que engulle al proceso de cambio; lo entendemos así aquellos que, dentro de la estructura del Estado, nos declaramos indignados y repudiamos la violencia asumida contra los indígenas de tierras bajas. 
Fotos: El Deber

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