sábado, julio 5

ENCUENTRO DE ESCRITORES / DÍA 3 / "OVEJERO, BAILAR AL SON DE LA PALABRA"

Una llamada despierta a Samuel en medio de la madrugada. Desde el otro lado del teléfono una voz desconocida le lanza una trágica noticia: “Clara ha muerto”. Samuel siente pena, pero desconoce quién habrá sido la desafortunada mujer. A pesar de ello no dice nada, no corrige a su desubicado interlocutor y, más bien, se mantiene atento a su relato y decide seguirle la corriente.

Así comienza la novela “La invención del amor” con la cual su autor, el español José Ovejero, introdujo a los asistentes a la última jornada del Encuentro de Escritores Iberoamericanos al proceso de creación de un escritor. Mejor dicho, al proceso creativo de Ovejero que comienza con una idea y que continúa a pura intuición, sin tema ni trama cerrada. Muy alejado al planteamiento lanzado dos días antes por su par peruano Jorge Eduardo Benavides quien, en la misma sala, aconsejó manejar un esquema previo antes de encarar la escritura.

A José Ovejero poco le interesa seguir metodologías inquebrantables. “Me pongo a escribir sabiendo que las decisiones que tome son reversibles”, asegura. Incluso renunció a un intentó por alimentar una especie de diario paralelo a su escritura para documentar y entender su proceso creativo. Pero renunció antes de llegar a las 50 páginas de la novela. Y es que para Ovejero el kit del asunto está en dejar que la fuerza de la narración mueva a los personajes, sin la necesidad de encasillarlos al estilo de la literatura cargada de clichés, efectismos y paladines del bien y del mal. Porque no hay personajes buenos ni malos en su obra, solo reflejos de lo que somos los seres humanos. 

De Samuel, por ejemplo, Ovejero sólo atisbó la superficie de su ser: un hombre distante, que escucha a sus amigos pero que prefiere no implicarse demasiado en las cosas. Su curiosidad, entre tanto, es la que lo lleva a obsesionarse con la idea de saber cómo hubiera sido su vida junto a la ya muerta Clara. 

Para Ovejero más que la historia lo importante a la hora de escribir es poner el acento en el lenguaje; encontrar la voz del narrador, el tono que definirá el destino de los personajes. “El acto de escritura no tiene un destinatario, es más un monólogo que un diálogo”. 

Arte Vs. realidad
En su ponencia Ovejero puso énfasis en la desconfianza que existe entre muchos académicos hacia una literatura que permita ahondar en la realidad

“La literatura no puede moralizar como si estuviera en un púlpito pues los escritores estamos dentro de este mundo. Pero si existe una relación entre arte y realidad. Literatura es como la danza contemporánea. La danza no refleja la realidad ni nos pone en contacto con ella. Por ejemplo, no refleja como caminamos. Sin embargo en la danza podemos encontrarnos, ver reflejadas nuestras formas de relaciones humanas y sociales”. Así, para Ovejero escribir ficción es sacar a bailar al lector, pero al son del tango donde no hay pasos definidos. “Una buena novela nos arranca del sillón y nos invita a bailar”.

Para el autor español “la novela también la escribe el lector. Y en ese entendido no vale la pena darle un producto cerrado y definido. Hay que dejar que éste interprete los hechos, que sea él quien imagine. “Imaginar e imaginarnos nos permite atisbar la posibilidad de un cambio, lo que no es poca cosa. No imaginar es conformarse con lo que tenemos”. 

¿Y qué es la buena literatura? Para Ovejero la novela como mera ilustración de una idea no sirve. “La buena literatura es escribir sobre un tema que nos molesta, nos incomoda y nos permite así adentrarnos en el individuo”.

No hay comentarios: