martes, marzo 3

PERSONAJES DE LA FIESTA CAMBA

Texto y fotos:
Javier Badani

2de febrero. La ansiedad despierta a Flaviet Clavijo a las 6.30. La morocha de 15 años apenas concilió el sueño en toda la noche. Y no es para menos. Hoy sus pasos recorrerán la pasarela dispuesta en el Club Social para la elección de Miss Rurrenabaque. Flaviet ambiciona esa corona y para ello se ha preparado durante meses.
A la misma hora, un polvoriento bus toca la terminal de esta población beniana. En su interior se encuentra Jorge Andrés Mercado. Cargado de temas del mexicano Pepe Aguilar, el niño de 13 años llegó desde San Borja para conquistar al público porteño. Jorge Andrés quiere ser cantante. Y dentro de unas horas expondrá su valía en los escenarios que se arman febrilmente en el pueblo para celebrar, hoy, la fiesta patronal.
Así, Flaviet y Jorge Andrés se suman con sus anhelos a la lista de personajes que cada 2 de febrero dan vida a esta celebración.
La madre infinita
Urbana Aparicio perdió la cuenta del número de hijos que le pertenecen. Tiene tantos que la gente simplemente la llama Mamá “U”. “Siempre acogí a los niños que abandonaban las mujeres y los llevaba a mi casa para criarlos. De pronto comenzaron a dejarlos en mi puerta. Mi esposo se enojaba: ‘!Qué va a decir la gente de vos¡’, me decía. A pesar de sobrepasar los 80 años, Mamá “U” aún mantiene las puertas abiertas para los niños que necesitan cobijo y las piernas siempre prestas para el bailongo. No por nada es considerada como la principal figura en las entradas folklóricas de Rurrenabaque.

Una gallera de cepa
A Kiddiam Méndez no le atraen las danzas. Lo de ella son los gallos de pelea. Mientras la entrada folklórica bulle en el centro, esta mujer de 32 años escudriña sesudamente el porte de los gallos que esperan su turno para pelear en el palenque de Chalo Chávez.
Desde las graderías, los galleros que llegaron de Ixiamas (La Paz), Reyes y Santa Rosa la observan con aprensión. Kiddiam se asemeja a un lunar en medio de este circuito masculino. “Este está tuerto, pero me da buena t’inka (presentimiento)”, suelta mientras observa a uno de los animales. Minutos después, el tuerto salta al corro llevando a cuestas los 850 bolivianos que apostó la mujer a su favor. Su contrincante es El Matico, un gallo de dos años que representa a Reyes. A los 15 minutos la riña ha culminado. El gallo tuerto celebra su victoria picoteando el cuerpo herido de su rival que yace derrotado en el suelo. “Mi t’inka no falla nunca, oiga”, se burla Kiddiam, mientras cuenta su ganancia.

Climax
La fiesta se traslada al anochecer hasta el Club Social de Rurrenabaque. Allí, ocho hermosas jovencitas intentan combatir los nervios. La competencia de Miss Rurrenabaque acaba de comenzar. Flaviet Clavijo viste un elegante traje blanco. “He tenido que dejar de comer para que me entre”, confiesa con los labios temblorosos, mientras su madre maquilla el moreno rostro de su hija. Un par de horas después llegará la desilusión. Flaviet Clavijo quedará en segundo lugar. Tendrá que conformarse con el título de Señorita Rurrenabaque 2009.
Unas cuadras más allá, la suerte le sonríe a Jorge Andrés Mercado. Una multitud aplaude eufórica al niño cantor de 13 años. Una nueva estrella acaba de nacer.

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