Un duelo artístico se llevó a cabo una noche de los años 40 en el salón principal del tradicional Club de La Paz. ¿Los protagonistas? Dos de los compositores de cueca más importantes que ha tenido el país: el chuquisaqueño Simeón Roncal Gallardo y el paceño Manuel Elías Coronel Ponce. ¿El desafío? Dilucidar en un “mano a mano” musical cuál de los dos era el mejor intérprete de piano. El improvisado jurado lo conformaba un selecto público de artistas e intelectuales.
“El reto se armó de forma espontánea y al calor de una noche bohemia. Roncal tenía las de ganar. Tenía las manos bien grandes, podía lucirse en el teclado. Del otro lado estaba Coronel, de manos pequeñas, pero con una destreza insuperable en la palma izquierda”, afirma Benito Coronel Paredes, hijo del artista paceño. El lance —asegura— lo conquistó su padre.
Benito no puede evitar el revivir aquella noche. Reconstruir en su mente la imagen de su progenitor ataviado con el elegante traje oscuro que le caracterizaba, interpretando y cantando a voz en cuello la canción que más satisfacciones le trajo en toda su carrera musical: Cholita paceña.
“Quisiera querer/cholita paceña/Ay porque sabe estimar y es buena mujer/Tu bonito andar/y ese tu mirar/Ay me han robado el corazón con toda razón...”. Coronel canta.
Fragmento de la nota publicada en la revista Escape
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