sábado, octubre 23

Estábamos bien en el refugio los 33...

Perplejidad de Amaro Gómez: Mario Sepúlveda (super Mario)declara que estaba mejor antes de ser rescatado. Por su parte, el minero Ojeda (que escribió el mensaje) declara que tiene que hablar con Piñera, a propósito del famoso papelito que el Presidente ha paseado por todas partes, como si de una condecoración personal se tratase. Finalmente, se va aclarando el sentido del famoso mensaje. En efecto, a juzgar por estas dos declaraciones, se confirma lo que muchos sospechábamos desde un principio. “Estamos bien en el refugio los 33” ya no admite doble interpretación. Porque si se ha de rescatar a alguien es porque está en un apuro. En este caso, en cambio, los mineros por alguna razón declararon estar bien. Es decir, “dejénnos seguir bien, no es necesario que nos rescaten”. Entre los rescatistas circula la siguiente explicación de esta desopilante declaración: apenas la sonda hizo contacto con los mineros, comenzó una comunicación morse con golpecitos sobre el metal. De este modo, los mineros se enteraron que serían rescatados por el mismísimo Presidente Piñera al que debían abrazar frente a todos los medios; también deberían abrazar a un par de ministros, a una intendenta, a un subsecretario, probablemente al perrito de la intendenta, a otros posibles futuros candidatos de la Alianza…y sólo a un par de familiares; esto último si alcanzaba el tiempo. Los medios de todo el orbe estarían presentes; deberían agradecer a Piñera y… a Dios (opcional). También se permitiría reconocer el esfuerzo del ministro Golborne…sin exagerar, claro. ¿La presión de las familias?…no…no es necesario mencionarlo. ¿El señor que puso en aprietos al ministro llamándolo a no transmitir pesimismo?… ¿quién se acuerda del impertinente?…no viene al caso, a la prensa no le interesa, puede confundir y alterar aunque sea un poquillo la fascinación de los chilenos y del mundo respecto a San Sebastián (nuevo santo patrón de la minería…bueno San Lorenzo, también).
Frente a esta perspectiva nada de halagüeña, super Mario se esforzó en presentar un ambiente de jolgorio allí en las profundidades de la madre tierra. Toménse su tiempo -decían los 33 a los rescatistas.
El daño ya está hecho. Los mineros fueron paridos con algarabía del Gobierno y de 17 millones de compatriotas, que sufrimos el ritual fálico con la cápsula penetrando una y otra vez en nuestros cerebros…entregados para siempre al Presidente insaciable, antes para juntar millones, luego para acumular adoración. ¡Ceachei! Gritábamos cada vez que la cápsula expulsaba un homúnculo.
Texto: Hernán Videla. Fragmento de la nota publicada en The Clinic.

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