EL SILENCIO ASESINO

Hay silencios enanos que terminan transformándose en tremendos colosos homicidas. Son silencios que parecen efímeros e irrelevantes, pero que igualito nomás nos convierten en cómplices. Todos, ante ciertas circunstancias, hemos optado por apretar los labios. ¿Para qué ensuciarnos? ¿Para qué hacer más desgraciado el día? 

Sileeeencio...; shhhhh...; Ni mires.

De esos silencios pigmeos está plagado el proyecto que prevé levantar en los predios de la Estación de Trenes una de las paradas del Teleférico La Paz-El Alto. Lo comprobé anoche. Dos horas de reunión entre representantes del movimiento Estación de las Culturas -del cual formo parte- y funcionarios de los ministerios de Obras Públicas y de Culturas bastaron para corroborar que todas estas ch'iti afonías -las suyas y las nuestras- en torno al megaproyecto del Teleférico terminarán por impulsar la destrucción de la integridad histórica del complejo ferroviario más importante que tuvo el país.

Vidanza, en la movida por la Estación de Trenes, el 20 de marzo. Foto: Juan Espinoza. 

El proyecto del Teleférico comenzó a gestarse el 2011. Y desde entonces, y a pesar de la obvia esencia patrimonial del complejo de la Estación de Trenes, los encargados del proyecto -Unidad Técnica de Transporte por Cable- no cuentan con un estudio técnico para (re)conocer el alcance patrimonial de todos los bienes que conforman el complejo de la Estación de Trenes. ¿Pueden ser los galpones que se alzan dentro de la Estación considerados patrimonio? Está claro que para ellos sólo el edificio central del complejo lo es, lo que implica un desconocimiento de la historia de este espacio. 

Para el movimiento Estación de las Culturas todo el complejo en su conjunto debe ser considerado (y declarado) patrimonio histórico, industrial y arquitectónico de Bolivia. No podemos hablar de partes independientes entre sí, de satélites sin conexión. Desde el edificio central, pasando por los galpones-almacenes y por la maestranza, hasta los hierros que sostenían estructuras en los años 30 son parte de un todo. Cada ladrillo, cada tuerca es parte de la memoria histórica del sistema ferroviario boliviano. 

Entonces, no basta, pues, con gritar a los cuatro vientos que la parada del Teleférico no afectará el edificio central. No basta con señalar que se piensa convertir en museo el galpón de la antigua maestranza. Lo que realmente interesa es que el diseño de la parada del Teleférico tiene y debe respetar toda la integralidad histórica y patrimonial del complejo.

En la reunión de ayer se mostró el diseño (no final, aseguraron) que tendrá la parada del Teleférico. En la maqueta digital, áreas verdes, espacios de esparcimiento y vías pavimentadas de acceso vehicular se alzan  donde hoy se hallan galpones y otros bienes culturales que forman parte del complejo desde la década de los 30. ¿Son éstas estructuras patrimonio? Ni siquiera los representantes de Culturas que estuvieron en la reunión supieron responder. Será, pues, porque recién se estaban desayunando la existencia de dicho diseño.

Elaborado por Martin Eichentoff

Entonces surgen las preguntas: ¿Cuándo se manifestarán públicamente las autoridades de las instancias llamadas a precautelar el patrimonio del país?  ¿Cómo se permite que un grupo de técnicos que no tiene ni idea de qué es patrimonio (así lo confesaron en la reunión) intervenga un espacio histórico con un rico material patrimonial? ¿Hasta cuándo su silencio? ¿Hasta cuando nuestro silencio?

Comienzo a creer que, en realidad, a nadie le importa lo que suceda allí. A no ser por esos viejos que atesoran en su memoria vivencias personales de cuando la Estación era un hervidero de historias: la despedida de el soldado partiendo a la Guerra del Chaco, el ruido de los vagones impulsados por la locomotora, la espera en el anden de aquel amor...

No se pide que se anule el proyecto, obra estrella del presidente Morales. Ni siquiera que se traslade la parada del Teleférico (no se moverá ni un milímetro, nos advirtieron de entrada). Lo que debemos exigir como sociedad civil es que se elabore un nuevo diseño que preserve e integre los bienes patrimoniales del complejo al proyecto del Teleférico. Y para ello es urgente la conformación de un equipo de profesionales patrimonialistas que levante un inventario de los bienes del complejo y haga su respectiva valoración patrimonial. Así se lo hicimos conocer ayer a los encargados del proyecto. Hubo un acuerdo verbal para que esto suceda, pero es poco probable que que los resultados sean tomados en cuenta, especialmente (advirtieron) si de alguna manera el estudio o sus resultados pone en riesgo el cronograma del proyecto.

Uno de los galpones, desmantelados en un mes. Fotos de Mónica Navia

Necesitamos que se desaten nuestros labios, que se rompan estos silencios enanos que nos hacen apaciguar miedos, pero que son igual de homicidas que esas manos que destruyen. Qué mejor manera de hacerlo que exigiendo por nuestro derecho a la memoria.