"El amor es esencialmente cruel porque consagra el fetichismo de la presencia, el estar ahí para ser amado. Es como si uno tuviera que cumplir un papel, el rol de estar presente, para que suceda el amor."
"¿Y qué sucede, entonces, en el momento en que se deja de estar? ¿Qué pasa cuando ya no nos queda nada de la persona? ¿Qué se ama cuando la persona se ha ido, cuando no nos queda un cuerpo en el que concentrarnos? El amor juega todas sus cartas en esa partida, entre el cuerpo y su imagen, entre la carne y su fantasma".
Fragmentos de la novela "El amor según", de Sebastián Antezana.
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