"Aceptamos el amor que creemos merecer". Lo admito, las frases cursis me llegan y engrosan mi insaciable lista de placeres culposos. Pero por más cursi que suene, "Aceptamos el amor que creemos merecer" explica muchos de nuestros descalabros amorosos. Pues, al final, no interesa lo inteligente que te creas o el cúmulo de experiencia en amores que asegures poseer, siempre terminarás siendo presa de tus circunstancias.
La frase de marras forma parte de los diálogos que nutren la película "Las ventajas de ser un marginado", de Stephen Chbosky. Descubrí la película en la tienda pirata de Ketal y debo decir que fue una grata experiencia. Se trata de una comedia dramática que tiene como protagonistas un grupo de adolescentes que viven al margen.
Uno de ellos es Charlie, un muchacho con serios problemas para relacionarse con los demás. Enamorado de una mujer que siempre termina en los brazos de algún patán, Charlie lanza una pregunta desesperada a su profesor de Letras: "¿Por qué la gente buena siempre termina eligiendo a la persona equivocada?" ¿La respuesta? Bueno, porque "Aceptamos el amor que creemos merecer".
Vaya pues esta cursilería para alentar a dos entrañables amigas a encontrar el amor que realmente merecen y no aferrarse al amor que creen merecer.
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