ANDRES ROJAS, EL REY DE LA MORENADA

Entrevistar a Andrés Rojas Quisberth es como enfrentarse a una ametralladora cargada de palabras. Con un desorden y urgencia que abruman, este paceño de 72 años lanza a la grabadora un sinfín de recuerdos y anécdotas que atesora su memoria y que tienen un común denominador: la música. “¡Ah!, otra cosita más...”. “Esta historia le va a gustar”. “Sabe, me acabo de acordar de...”. “Mejor se lo toco en el piano, sino no va a entender”, dispara.
Y quién podría culparlo. Después de todo es poseedor de una envidiable carrera musical que retrocede nada menos que a la década de los 50 y que promete mantenerse activa por varios años más. De su genio han surgido algunas de las morenadas más importantes de la historia y que han sido inmortalizadas por grupos como Llajtaymanta, Jach’a Mallku, Bolivia, Azul Azul, Música de Maestros; interpretadas por bandas como la Pagador y la Poopó y bailadas por fraternidades tan importantes como la Ferrari.
En su hogar, ubicado en El Alto, Rojas guarda más de 1.200 composiciones, la gran mayoría morenadas. Muchas de ellas todavía no han sido tocadas en público. “Si me concentro, en un día puedo hacer una decena de morenadas, con su letra y bien armonizadas”, se regodea, mientras muestra seis tomos atiborrados de sus pentagramas y sus letras cuidadosamente archivados. Allí está, por ejemplo, una de sus creaciones más reconocidas, Recuerdos de La Paz, tema que fue tergiversado en versiones como Lejos de La Paz o Lejos de Oruro. Ésta última interpretada por Los Cuatro de Córdoba (argentinos). “Cuando yo me vaaaya/lejos de La Paz/Morenada cantarée/morenada síi/Morenada bailarée/con todito el corazón... ”. Miles de personas han bailado al son de este tema; pero en la voz de su creador la pegajosa melodía se torna triste. Y lo mismo se siente cuando interpreta otras de sus canciones. ¿Por qué? “Mis temas tienen como inspiración la oprimida vida que tuve en mi infancia. Fui muy pobre. Y todo eso lo plasmó en la música”, explica con los ojos vidriosos.

Texto y fotos: J.B. Fragmento de la nota publicada en http://www.la-razon.com/version_es.php?ArticleId=122&EditionId=134&ids=26