miércoles, febrero 22

¡YA NO ME LLAMES SEÑORITA!

"Señora" o "señorita", ¿cómo te llaman? Puede resultar un detalle, pero esta disyuntiva identitaria simboliza a cabalidad las desigualdades que se mantienen vigentes entre ambos sexos. Al hombre no andan por el mundo tildándolo como "señor" o "señorito", lo que implicaría, en realidad, definir si es casado o soltero. Existen, en el caso de la mujer, torpes cargas que están arraigadas en nuestro chip mental: Cuánto más joven, más "señorita" y virginal debe ser. Cuanto más longeva y soltera, más "señora" y feota debe ser.

La buena noticia es que el gobierno francés acaba de decretar que la palabra "mademoiselle" ("señorita") desaparezca de los formularios administrativos. Así, de aquí en más en los documentos oficiales existirá simplemente la opción "madame" ("señora"), palabra que no prejuzgará más sobre la situación familiar de la persona.
La mala noticia es que, hagan lo que hagan, el arcaíco "señorita" se mantendrá nomás vigente en el cotidiano. Este término está muy arraigado y es aceptado socialmente. Prueba de ello es que la mayoría de las mujeres maduras se sienten alagadas cuando se las introduce a los demás como "señoritas". En cambio, las más jóvenes enronquecen cuando se las identifican como "señoras".
El dato anecdótico es que la palabra "mademoiselle" se introdujo en la legislación francesa a principios del siglo XIX por el código napoleónico, al igual que la normativa -increíblemente vigente aún- de que la mujer no puede vestir pantalones.
"Aunque originariamente, "mademoiselle" fuera un título de nobleza, designara a una joven de buena familia, de alto rango, o incluso a la mujer que ocupaba un puesto de responsabilidad, en argot y eufemísticamente era también así como eran conocidas las féminas de "moral distraída" o prostitutas. Una suerte de herencia machista napoleónica con un particular concepto de la mujer: "Una menor en busca de marido". Es decir que con el emperador Bonaparte la mujer dejó alcanzar su mayoría de edad con el matrimonio y pasó a ser una menor de por vida, candidata al connubio o dependiente de un marido.", se lee en un manifiesto feminista que circula por internet.

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