lunes, diciembre 6

La pena de muerte en Bolivia

"Un trago”. Ése es el último deseo de Melquiades Suxo Quispe antes de morir. Son las 5.10 del jueves 30 de agosto de 1973. La Paz dormita aún, mientras el campesino de 54 años sorbe un gran vaso de singani Tres Estrellas. A unos metros de su celda, en el sector ‘La Muralla’ del penal de San Pedro, se preparan los hombres que dentro de unos minutos acabarán con su vida: un pelotón de fusilamiento conformado por 10 gendarmes.
Ninguno de los protagonistas de esta historia lo sabe, pero Suxo se convertirá en el último boliviano en ser ajusticiado de forma legal, bajo el castigo de la pena capital.
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El anuncio de la sentencia, meses antes, había polarizado al país. Unos se mostraban en contra y, los más, a favor del fallo judicial. Notas de análisis y peticiones de clemencia dirigidos al presidente de facto, Hugo Banzer, cargaron de tinta las páginas de la prensa de la época. Pero el destino de Suxo estaba sellado. Nada podía aplacar los deseos de venganza y la indignación generalizada que provocaba el recordar su crimen. “El delito múltiple en que incurrió Suxo es horrendo, propio de la voracidad morbosa de un ignorante o de un criminal nato”, se escribió un día antes del fusilamiento en el periódico El Diario.
Originario de Pacajes, Melquiades trabajaba como recolector de arena en Chuquiaguillo. Domiciliado en Alto Miraflores, Suxo vivía junto a sus dos hijos: Nazario (17) y Dionisia (14). “Por una serie de factores dignos de ser analizados por especialistas en problemas psiquiátricos, padre e hijo habían hecho de Dionisia el blanco de torpes instintos sexuales”, se lee en los antecedentes del caso, recuperados en la investigación monográfica La pena de muerte en la legislación boliviana, realizada por el abogado Alan E. Vargas Lima.
Según las investigaciones policiales, en 1972 (no se menciona la fecha exacta) los Suxo secuestraron a María Cristina Mamani Leiva (4). Padre e hijo ultrajaron por varios días a la niña, hasta que ésta murió el martes 8 de octubre. Su cuerpo fue encontrado abandonado un día después.
La necropsia practicada a la víctima reveló el horror que vivió en la casa de los Suxo. El forense Emilio Guachalla informó a las autoridades judiciales que María murió por un shock traumático crónico múltiple, “a raíz de los innumerables castigos y vejámenes que sufrió”. Recibía alimentación defectuosa y al mismo tiempo era “castigada con severidad y sadismo”. Así lo evidenciaron las marcas de objetos contundentes, hebillas de correa y mordeduras en el cuerpo de la occisa. Asimismo, se constató la total ruptura del himen de la niña a consecuencia de los reiterados y continuos estupros de que fue víctima por parte de Melquiades y de Nazario.
Melquiades Suxo, tras ser arrestado
Tras 11 meses de juicio, en diciembre de 1972, se dictó sentencia: “En nombre de la nación boliviana y por la potestad que ella le confiere (...) se condena a Suxo a la pena de muerte mediante fusilamiento a efectuarse fuera del radio urbano y cerca del lugar de los hechos, en forma pública por su condición de autor principal de la comisión de los delitos de violación y asesinato”. Su hijo, Nazario, fue condenado a 20 años de confinamiento, por ser menor de 17 años. Y Dionisia recibió cuatro años de reclusión por el delito de rapto.
Los abogados de Suxo apelaron el fallo, pero éste fue ratificado por la Corte Suprema. Los expedientes del caso pasaron entonces a manos del presidente Banzer, única autoridad habilitada para conmutar dicha pena. Pero, el 28 de agosto de 1973, el Mandatario determinó “que se cumpla y ejecute la sentencia (...), junto al sincero deseo de que la majestad de la justicia boliviana consiga con sus fallos la vigencia del respeto a la vida (...), resguardando sobre todo a la mujer y a la niñez boliviana”.
A las 5.30 del jueves 30 de agosto, Suxo inicia el camino hacia la muerte. En el patio de ‘La Muralla’ le aguardan los 10 guardias a quienes segundos antes se les distribuyó 10 cartuchos: cinco de fogueo y cinco de guerra. A las 5.45 todo acabará para Melquiades, cuando el jefe del pelotón de carabineros le dispare en la cabeza el tiro de gracia. “La imagen de una niña maltratada, la sombra de un delito monstruoso parecía mitigar la responsabilidad de los representantes de la ley que dejaban translucir una pena que ni siquiera pudo ocultar la palabra del ‘deber cumplido’”. (Crónica publicada en el periódico Hoy, el día de la ejecución).
Texto: J.B. Fotos: 1: Mariano Baptista Gumucio. 2:  Periódico Hoy.
Fragmento de la nota publicada en la revista Escape

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante la nota y bien escrita. Pero la pena de muerte, para entonces, ya estaba abolida por la Constitución Política del Estado de 1967. Pero eran tiempos de dictadura y la CPE estaba vigente en todo lo que no contradijera a gobierno militar. Por decreto se restableció la pena de muerte, pero era un decreto ilegal.

Unknown dijo...

Así es, el gobierno de la dictadura de Banzer la restituyó valiéndose en la ambiguedad de un artículo sobre este tema en la CPE de 1967. Esto se menciona en la nota original.

Alan Vargas Lima dijo...

AprovechO la oportuniad para enviar un saludo cordial a Javier Badani, y agradecerle por haber basado su investigación en la monografía que sobre el tema escribí hace algunos años atrás, y que se halla muy difundida por internet (íntegramente en monografías.com).
Asimismo, a las personas o estudiantes que tengan mayor interés en el tema y en la monografía, pueden escribir a mi correo: alanvargas84@hotmail.com, y les enviaré una copia digital del pequeño trabajo.
Muchas Gracias.
Atentamente.
Abog. Alan E. Vargas Lima

Alan Vargas Lima dijo...

ATENCIÓN:
UNA VERSIÓN ACTUALIZADA DE LA MONOGRAFÍA SOBRE LA PENA DE MUERTE EN LA LEGISLACIÓN BOLIVIANA AHORA SE ENCUENTRA DISPONIBLE EN LA SIGUIENTE DIRECCIÓN:
http://alanvargas4784.blogspot.com/

Luis Eduardo Siles dijo...

La pena de muerte ha estado en vigencia en Bolivia al amparo de los linchamientos salvajes que son avalados y tolerados por el gobierno en funciones. El concejal alteño Roberto de la cruz fue FILMADO por la red Unitel linchando a un hombre y el SENADOR Eugenio Rojas, el que abogó por la utilizacion de la tortura, es complice del ultimo linchamiento de achacachi hace un par de años cuando lincharon a 11 personas, dos de las cuales murieron quemadas vivas. Ayer fue quemado a vivo un presunto ladron, la pena de muerte existe y esta en vigencia, mucho mas alla de lo que diga la constitucion que los masistas son los primeros en violarla.http://nuestroperronegro.blogspot.com/2012/02/linchamientos-suman-y-siguen-en-bolivia.html